martes, noviembre 29, 2005

Resumen histórico

Para la entrevista de radio azuqueca nos pidieron un pequeño dossier con información sobre nosotros, dónde nos juntamos, que tocamos, y esas cosas. Aprovecho que lo tengo escrito y lo cuelgo aqui:

La historia comenzó hace algo más de un año, de forma casual. Héctor conocía a Txomin desde hacia tiempo y algunas veces habían quedado para tocar un rato. Ni idea de que se conocían Txomin y Domin, se lo puedes preguntar y tal. Txomin y Domin quedaron con Edwin, un tio que tocaba la guitarra y el violín, peruano o algo así, pero no daba el perfil. Un día que Hector fue a casa de Txomin, estaba Domin por allí, y le enseñó un par de sus temas, entre ellos Puri de mi corazón. Fue amor a primera vista. Automáticamente se pusieron las vestimentas de guerra y destrozaron sin miramientos la sinfonía del nuevo mundo, llamándolo No lo abandones, el nunca lo haría. Y así surgieron los gnothachs. Había muy buen rollito entre estos tres chavales (pero rollo hetero, que conset), así como muchas ganas por hacer buena música o al menos pasarlo bien en el intento. Los ensayos solían terminar saliendo por ahí y acabando bajo los efectos de la cerveza.

Uno de los primeros temas que hicieron fue tormenta mental, con el que consiguieron su primer fan, Tuca, que en estos momentos es la presidenta oficial. Hubo una breve aparición en una peña que asaltaron por sorpresa en la que tocaron algunos temas con una buena acogida. Aun así faltaba algo, y ese algo era una buena voz, ya que Héctor, aun haciendo lo que podía el pobre diablo cantaba peor que un mono borracho. Héctor y Txomin tenían una amiga común, Ina, que cantaba guapamente, y después de comerle la cabeza (e intentarlo sin éxito con otras partes de su anatomía) conseguimos que viniera a ensayar un día. Ese grandioso día, que debería figurar en los anales de la historia, vio nacer uno de los temas con más pegada del rock bellotero nacional, La canción del Koala atropellado, un tema altamente malentendido que versa sobre la estupidez como elemento universal a la humanidad, que nos une y nos hace iguales, representado por la metáfora del atropello de koalas.

Poco después llegaría el gran debut, en el bar Tasito. Fer, su dueño, siempre les había tratado estupendamente, y se le puede considerar como uno de los mecenas del grupo, al permitirles tocar en su garito y darles de beber en cantidades alarmantes como pago. Lamentablemente, Ina no pudo venir, pero si que vino Rubén. Rubén participó tocando el didgeridoo en el tema del koala. Nadie sabe que hacía alli, pero apareció con el instrumento bajo el brazo.

No fue hasta más tarde que a alguno, presa de una súbita inspiración, se le ocurrió llamar a Rubén. Pero eso sería después de que llegara Adela. Domin, o Txomin, el narrador impersonal no consigue acordarse, conocía a una que conocía a otra que conocía a una violinista. Y esta violinista era Adela. Cada vez la música empezaba a sonar mejor, más llena, con calidad, aunque lamentablemente el cantante no había cambiado. Fue entonces cuando por fin se unió Rubén definitivamente a la formación, aportando una base rítmica que se complementaba a la perfección con el bodhram de Domin, y por fin despegó la carrera imparable de este fantástico sexteto celta, con conciertos en La Abadía, Balconete (un pueblecillo de Guadalajara), Las fiestas en la peña Los Dalton(desastroso sonido por falta de equipo, y porque nos mangaron el escenario) y el más grande de todos, el concierto en el Foro de Azuqueca de Henares.

Lo que une a esta gente es un sentido del humor muy negro, pero que muy muy negro, ganas de pasarlo bien, de reir, la cerveza y la pasión por la buena (nuestra) música. La gente que les aguanta son: los padres, las novias, los rolletes, el club de fans capitaneado por Tuca, los dueños de los bares (en especial Abadía y Guernika, que en paz descanse, sin olvidar el Tasito), los colegas de Domin, y cualquier persona a la que se le embauque de cualquier manera para arrastrarla a un concierto.

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